El edificio fue comprado por la entidad Tapices Vidal en el año 1924, se vivió una época industrial muy buena hasta que en la segunda mitad del siglo xx la industria de tapices fue a menos.
El edificio catalogado como un bien de interés cultural ha sido restaurado después de más de 100 años desde su construcción y ha renacido convertido en un espacio gastronómico de primer nivel.